El Reglamento (UE) 2019/6 indica que no se pueden administrar antibióticos a ningún animal sin que estos manifiesten signos clínicos o cualquier otra elevación de los parámetros fisiológicos que sugieran que la enfermedad está presente. También indica que los medicamentos antimicrobianos sólo se utilizarán con fines metafilácticos cuando el riesgo de propagación de una infección o de una enfermedad infecciosa. Además, dice que los estados miembros podrán proporcionar orientaciones sobre esas otras alternativas adecuadas y apoyarán activamente el desarrollo y la aplicación de directrices que promuevan el conocimiento de los factores de riesgo asociados a la metafilaxis e incluyan criterios para su puesta en práctica.

En ganado ovino de leche, el único momento en el que se utilizan antimicrobianos de forma importante es en el secado para prevenir mamitis.

Según los datos del Laboratorio Interprofesional Lácteo de Castilla y León (Lilcyl), sólo el 2,1% de las granjas de ovino tienen menos de 500.000 células somáticas, mientras que hay un 8% de 500.000 a 750.000 células. Por su parte, las medias ponderadas indican que en el año 2017 se tenía una media de 1.303.000 células somáticas por granja, cantidad que ha subido a 1.389.000 en el año 2022.

Por otra parte, hemos realizado un análisis de 32 granjas con datos históricos de control lechero y hemos llegado a determinar que en una granja con un promedio de 421.000 células somáticas, se tiene un 0,94% de ovejas por encima de los 10 millones y un 87% de ellas están por debajo de 500.000. Pero en una granja que tenga entre 1.250.000 y 2.000.000 en el recuento de células somáticas, tienen un 20% por encima de 2.000.000.

Existe cierta correlación entre el número de células somáticas de una granja y el porcentaje de animales que tienen problemas sanitarios.

Si aplicamos la fórmula al total de Castilla y León, con una media de 1.389.000 células somáticas, se obtiene un 44,2% de las ovejas está por encima de 500.000, es decir, prácticamente la mitad del rebaño.

El documento llamado ‘Factores de riesgo y criterios para el uso de la metafilaxia en el secado del ovino y caprino’, elaborado por Avoccyl y avalado por el MAPA, tiene la ventaja de que todos los veterinarios podrán utilizarlo como una práctica habitual.

Cuando se realizaba un secado masivo en las explotaciones, se decía que tenía una parte curativa para intentar curar a los animales con problemas de mamitis, pero también una parte preventiva, evitando que los animales sanos se puedan contagiar.

El protocolo clasifica los rebaños en tres grupos:

• De riesgo alto. Por encima de 1.2500.000 células somáticas o que en el último control tenga presencia de Staphylococcus aureus, micoplasmas, Streptococcus agalactiae y/o Staphylococcus coagulasa negativo.
• De riesgo medio Valor entre 500.000 y 1.250.000 células y que no tengan ningún germen de los indicados en el análisis de tanque.
• De riesgo bajo. Valor medio por debajo de 500.000 células somáticas.

En estos rebaños de riesgo alto, se podrá aplicar un tratamiento general a todo el rebaño en el secado, pero se deberá llevar a cabo un programa higiénico-sanitario con el contenido mínimo establecido desde el momento en el que empieza a aplicarse la metafilaxia y se dispondrá de un plazo de 12 meses desde el inicio del tratamiento con antimicrobianos para obtener una reducción de RCS suficiente para que el rebaño sea considerado de riesgo medio o bajo. Las medidas mínimas de bioseguridad e higiene incluirán unos conocimientos previos, unas medidas de testaje y revisión de la máquina de ordeño, planes vacunales y otras medidas como ventilación, limpieza, control del agua, densidad de animales…

En las granjas de riesgo medio, se aplicará un tratamiento general a todo el rebaño en el secado, siempre que se lleve a cabo el programa higiénico-sanitario y también se dispondrá de un plazo de 12 meses para que el rebaño sea considerado de riesgo bajo.

En los rebaños considerados de bajo riesgo se implantará una terapia selectiva de secado, en base a los criterios individuales establecidos. Ovejas con un RCS medio por debajo de 400.000 y que no hayan tenido mamitis clínica durante la lactación no recibirán tratamientos de secado. Ovejas con niveles de RCS superiores a estos valores y/o con mamitis clínica durante la lactación, serán susceptibles de ser tratadas con antibióticos de secado previo análisis de patógenos y susceptibilidad a antibióticos. En el caso de utilizar la realización de test California en el rebaño, todas las ovejas presentes en el rebaño que tengan una valoración de 1 o 2 serán susceptibles de aplicación de antibioterapia de secado.

Los valores establecidos en este documento para considerar de riesgo a un rebaño o un animal serán revisables anualmente y el documento tendrá una vigencia máxima de 4 años.

• Se debe prestar atención al nivel de producción en el momento del secado y no secar ovejas con mucha producción. Deben secarse cuando tengan una producción inferior a 1,5 litros.
• También está el asunto de la falta de tapón de queratina, por lo que habría que plantearse el uso de selladores.
• Es importante el ambiente en el momento del secado, en lo que se refiere a camas y espacio. También se debe reducir el estrés metabólico y aumentar la homeostasis.
• Debemos mejorar los registros y el manejo de datos de la granja: prevalencia de infecciones intramamarias, porcentaje de ovejas que llegan sanas al secado, tasa de curación en periodo seco y tasa de nuevas infecciones en recién paridas. La evolución de la mamitis está muy asociada a patógenos ambientales. El índice de salud de ubre, que es el porcentaje de ovejas que llegan sanas al secado, debe ser de un 75%. Por lo tanto, deberían estar por debajo de las 400.000 células somáticas el 91% de las ovejas de primer parto, el 87% de las de segunda lactación y el 80% de las de tercera.
• La media europea del uso de antibióticos en ganadería es de 84,4 mg/PCU, mientras que en España es de 157,2 mg/PCU. En el caso de ovejas de leche, únicamente es de 17,6 mg/PCU.
• Una parte importante de los antibióticos que se utilizan en ovino de leche son para la salud de la ubre, con una sola cánula indicada para ovino. Si se utiliza una cánula, serían 12,8 mg/PCU. Y en el caso de los inyectables, serían 10 mg/PCU. Aunque baja a 3,84 o 3 mg/PCU en el caso de que se utilicen con el 30% de las ovejas.

• Farmacovigilancia. Elaboración consensuada con la Agencia del Medicamento de un modelo de comunicación simplificado de los efectos adversos de un medicamento
• Análisis en las diferentes reuniones de las principales normativas de interés en el sector.
• En proceso de elaboración de un Programa Sanitario Integral acorde al RD 364/2023.
• Pendiente realizar un protocolo de tratamiento (y/o metafilaxia) en recría y corderos en nodriza.

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